Con las palabras a nuestro servicio
subordinadas a la idea
subyugadas por la realidad
es fácil mandar soldados o treguas
mentiras (que no son estrictamente ni treguas ni soldados)
ponernos detrás de cualquiera
y darles brillo con todo el estilo posible
para que cuelguen al sol
marcha invasión hambre autonomía diplomacia
o poner una en vez de otra
escogerlas adecuadamente
para que se entienda
irreverencia apoyo déficit chauvinismo conveniencia
más adelante ya podremos firmarlas
poseerlas con todas las de la ley
y defenderlas a ellas
para no defender
al inconforme al invadido
al hambriento al ciudadano
sino a la palabra
que está para no llevar el mundo a cuestas